domingo, 6 de diciembre de 2009

FIREWALKING



Salvajes con espolones de acero
con ganas de reventar destinos y barcos cargados de bondad
cruzan las calles sin mirar,
como una apisonadora
de uvas, hormigas y jardines desheredados.

Ahora que te veo
muerde el anzuelo
y corrígeme los puntos que no sonríen,
que en cientos de años
los cobardes y los valientes
nacieron al mismo tiempo.

Sólo nos queda la felicidad
en la pradera o en el cielo,
pues el que llora y sufre
está condenado al mundo de los marginados.

Fuego, camina conmigo.