martes, 18 de marzo de 2008

DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA


18:30, un martes.

Después de mucho esfuerzo conseguí conciliar el sueño en el salón de mi casa.
La nana de fondo esta vez era una de esas telenovelas venezolanas que echaban en la uno. Tras media hora de letargo, súbitamente desperté, con el griterío y los lloros de unas quinceañeras. ¿Qué habrá pasado? Se preguntaba la parte latente de mi cerebro. Giré la cabeza, a la vez que el resto de mi cuerpo y me semi-incorperé en el sofá. Miraba la televisión atónito. No era la primera vez que lo veía, pero siempre sobrecoge, créanme. Las niñas en cuestión lloraban la pérdida de Bill Kaulitz.

Desde hacía meses esperaban este momento pero Bill no se presentó, resultó estar indispuesto. Las niñas aún así se lo perdonaban, ante las insistentes preguntas de la reportera. Su líder les había fallado pero aún así le perdonaban. ¡Eso es fe!, me decía yo mientras yacía repanchingado en mi sofá. Mi madre, incrédula tampoco se lo podía creer. Los media, los mismos que promocionan a este tipo de grupos, son los que ahora recriminan la actitud de las niñas, por llorar ríos de lágrimas y por recorrerse media España para quedarse finalmente en ascuas.

A continuación venía la siguiente noticia. Casi no me había recuperado, cuando observé en la caja tonta otra nueva visión. De nuevo no era algo nuevo, y de nuevo volví a tener las mismas sensaciones de repulsa. Siempre se me encoge el alma al verlo, y eso que año tras año ocurre, ya debería estar acostumbrado. Pero bueno, como siempre ocurre, uno sólo se acostumbra a lo bueno, a lo que le gusta. Una centena de nazarenos y personajes de la misma índole, halababan con orgullo a una efigie. Una de las múltiples procesiones que se dan cita cada año a lo largo y ancho de España en Semana Santa. Incluso vi como un grupo de costaleros de Málaga dejaban al santo aparcado a un lado para quitar de enmedio una furgoneta que obstaculizaba el paso. Se me saltaban las lágrimas. Mi madre también lloraba. Aunque el origen de nuestras lágrimas era distinto, resulta curioso ver como diferentes perspectivas pueden llegar a provocar las mismas situaciones en personas de pensamiento dispar. !Eso es fe!, replicaba mi madre.



No cabe duda que acabábamos de ver las dos caras de la misma moneda, uno siempre necesita algo a que agarrarse, lo que ocurre que nuestros líderes cambian con la edad. Mientras de niños adoramos a grupillos de poca monta como Tokio Hotel, de mayor adoramos a tipejas como la Virgen María.

1 comentario:

Sr. Ocio dijo...

¡Qué fans! Esto hace que me pregunte una cosa.... ¿le perdonasteis a TOOL y a AUDIOSLAVE que cancelasen sus conciertos en Austria?¿No somos como esas fans de Tokio Hotel?(no miro a nadie Jason)
¿Y si Colorado cancela uno de sus conciertos?¿Estaríamos dispuestos a perdonarle?
Al ser un superpercha y tener acceso personal, ¿podríamos lincharle?¿o golpear su ventana cual furgoneta?
Bueno, total, que si algun día tengo una furgoneta (además de hacerle un homenaje a la fregoneta sabatera) la pintaría como la del Equipo A y en vez de justicia a los débiles, llevaríamos la perchería allí donde hiciese falta. Puede que hasta hubiese gente que tuviese fe en nosotros y gritasemos desde la furgo.....¡ESO ES FE! (eso y que la Gran Vía es del Tay, claro)